-Duerme conmigo esta noche.
-¿Por qué?
-¿Por qué no?
-Me refiero a que...¿por qué te gusto tanto?
-Porque me encanta cuando te enfadas, y me enfado, y no me miras, y no te miro, y te acercas, y tiemblo, y me besas...sobre todo por la parte en la que tiemblo y me besas...y luego me abrazas, y después siempre siento que mi cuerpo huele a ti.
-Entonces...¿sólo quieres que duerma contigo para enfadarnos, no mirarme, encima que me arrastre yo y me acerque, te bese y luego te abrace?
-No...pero es que me daba vergüenza decirte que recién levantado me encanta lo increíblemente guapo que puedes estar despeinado.
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